Por Rodrigo Salazar y Roberto Castro

25 de Enero de 2010

Es casi imposible que usted, lector, no se haya subido nunca a un Toyota en el Perú. Probablemente lo mismo pasa con la marca Nissan. Ahora, quizá en el caso de un Hyundai o un Kia esto no se aplique. Sin embargo, entre los próximos cinco a diez años si es que no lo ha hecho, casi sin duda lo hará. Y es que el acercamiento de las marcas de vehículos coreanas a las japonesas se hizo más que evidente en el 2009, un año inestable para el mercado automotor local, que se contrajo poco más de 16% respecto del 2008.

Mientras dentro del top ten de ventas vehiculares las marcas japonesas –entre ellas Toyota, Nissan, Suzuki, Mitsubishi y Honda– cayeron más de 25%, las coreanas –Hyundai y Kia– subieron más de 18%. Según los expertos del sector, se espera que en el 2010 la brecha entre unas y otras se reduzca, y en los próximos años incluso Hyundai y Kia puedan superar a la líder Toyota.

Si conoce algo de “fierros”, probablemente esto le suene más que improbable. Sin embargo, la crisis mundial agudizó esta tendencia en varios factores. Uno de ellos, probablemente el más determinante, ha sido la devaluación del won coreano, que permitió precios más competitivos en el mercado local. Asimismo, mientras las marcas japonesas tradicionales prefirieron no traer una importante cantidad de modelos nuevos por la incertidumbre, los coreanos lo hicieron, y no les fue para nada mal. De hecho, una de las razones para el crecimiento coreano es el ingreso de nuevos y rediseñados modelos, que dinamizan tanto la marca como el mercado en general.

Y si además duda de la calidad y respaldo de las marcas coreanas, quédese tranquilo: este año se vienen importantes inversiones en locales de venta y posventa, tanto en Lima como en provincias. ¿Sigue sin creerlo? Lea el último artículo de portada de Semana Económica (SE 1206). Probablemente después considere comprarle a su hijo o hija un auto coreano.



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